Unos buenos hábitos de estudio
son esenciales para consolidar el aprendizaje y afrontar con éxito las
evaluaciones. Sin embargo, desarrollarlos no es fácil. Requiere
constancia y disciplina. El apoyo de los padres es también fundamental, ya que ayudaran
a los hijos en todo lo que puedan. Por eso, te ofrecemos ocho reglas básicas
para enseñarles a estudiar a diario de manera correcta.
1. Estudiar siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Fijar
una hora determinada para estudiar ayudará a tus hijos a construir un hábito
favoreciendo su concentración. La habitación de estudio, debe estar bien iluminado
y ventilado, mantenerse alejado de distracciones y contar con una silla y una
mesa adecuadas, donde el alumno pueda estudiar correctamente.
2. Estudiar todos los días. Es importante dedicar
un tiempo al estudio cada día entre semana.
3. Planificarse. Antes de comenzar a estudiar, es
importante que revisen las tareas que hay que hacer y los contenidos que van a
repasar, y que pongan orden. ¿Qué van a hacer primero? ¿Qué dejarán para el
final?
4. Establecer una hora. Ellos mismos deben
fijarse una hora para ponerse a estudiar. Lo habitual es hacerlo después de la
merienda y antes de jugar o ver la televisión. No obstante, lo mejor es ser
flexible y dejarles que ellos elijan cuál es el momento que más se ajusta a sus
necesidades y preferencias.
5. Dedicar en torno a una hora al estudio. Si tus
hijos están en Primaria, no deben dedicar más de 50 minutos a realizar sus
tareas y estudiar. En cambio, si están en Secundaria, lo habitual es que
dediquen entre media hora y una hora a las tareas, y de tres cuartos a una hora
para estudiar.
6. Hacer más de una actividad. Realizar
ejercicios y actividades ayudará a tus hijos a comprobar y consolidar lo
estudiado. Especialmente a la hora de repasar antes de un examen.
7. Hacer una pequeña pausa entre actividad y
actividad. Sobre todo en las más complejas. En cambio, durante el
tiempo dedicado al estudio, deben perseverar al menos durante 45 minutos
sentados para no perder la concentración.
8. Comenzar a estudiar por lo difícil, y acabar por lo
fácil. Lo ideal es abordar primero las actividades o contenidos de
dificultad media. Después, cuando su nivel de concentración esté en su punto
más álgido, pasar a lo más difícil, y dejar lo más fácil para el final, cuando
ya están cansados.
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